LA PSICOLOGIA ANALITICA DE C. G. JUNG
“Un equilibrio entre el día a día y la naturaleza psíquica interior”
La psicología analítica es el “método” o la forma que desarrolló C. G. JUNG para acercarse a los problemas con los que nos encontramos en la vida diaria, sean estos patológicos o simples problemas cotidianos, como por ejemplo algún tipo de conflicto con el jefe, un amor no correspondido, o continuas discusiones con la pareja, con los hijos, etc.
Para C. G. Jung detrás de cada conflicto o problema con el que chocamos en el día a día, hay un complejo o una parte de nuestra naturaleza que se ha quedado inconsciente, es decir fuera de nuestra vida consciente o de los hábitos con los que solemos desenvolvernos.
Es precisamente a través de cualquiera de estos conflictos con los que nos encontramos en un momento determinado, como el complejo intenta llamar nuestra atención para que le hagamos caso y nos demos cuenta de que además de tener un problema, en principio desagradable, ahí hay también vida, naturaleza, o una parte de nosotros que está pidiendo ser integrada en la vida consciente.
Si somos capaces de recoger el problema, confrontándolo adecuadamente, e integrando toda la energía y la vitalidad que siempre se esconde en este tipo de conflictos, no solo habremos solucionado el problema que al principio teníamos sino que además nos habremos acercado a nuestra naturaleza interior, y le habremos ayudado a crecer, a realizarse un poco mas.
La armonía y equilibrio de nuestras vidas, para C. G. Jung, depende de esta relación con nuestra vida psíquica interior, que él denominada “la naturaleza psíquica interior” o más científicamente “el inconsciente”.
Para C. G. Jung la líbido, a diferencia de Freud que la entendía como un problema eminentemente sexual, es la energía psíquica y vital que está a disposición del individuo y necesita ser canalizada hacia las distintas necesidades que tiene una persona.
Por un lado estarían las necesidades instintivas, los instintos, como el instinto de supervivencia, la necesidad de alimentarse, el instinto sexual, de defensa, de agresión, etc. Pero también las necesidades de orden mas espiritual, como la necesidad de ser creativo, de desarrollarse mediante un trabajo, de sentirse útil en el ámbito social, de encontrar un sentido a la vida, quizá apuntándose a una ONG. o desarrollando un tipo de espiritualidad determinada etc.
Cuando una persona descuida demasiado alguna de estas necesidades de su naturaleza, y se vuelca demasiado en otras, corre el peligro de desarrollar una personalidad demasiado “unilateral”, y perder así el equilibrio, la armonía con su propia naturaleza interior, y es entonces cuando se puede formar una neurosis o un trastorno de cualquier tipo.
Es en estos momentos cuando, según C. G. Jung, se hace necesario volver la mirada hacia el inconsciente e intentar escuchar nuestra naturaleza interior, que nos habla sobre todo a través de los sueños, pero también de las emociones, los complejos, las fantasías, etc.
En el inconsciente siempre está la sabiduría, la vitalidad, y la creatividad que en estos momentos de crisis se echan de menos en nuestra vida consciente. Así, para C. G. Jung la solución de los problemas y el restablecimiento de la salud psíquica, depende de la relación que la persona sea capaz de establecer con su propio inconsciente. Se trata de comprender lo que el propio inconsciente nos está pidiendo, con el fin de restablecer la armonía perdida…
Así pues, y con esta finalidad, C. G. Jung desarrolló su “método” de psicoterapia analítica en el cual el terapeuta y el paciente establecen a través de las sesiones analíticas, de una hora de duración, un diálogo en el que sin perder nunca de vista la problemática consciente del paciente, intentan entre ambos comprender también que está ocurriendo en el inconsciente de esta persona, analizando sobre todo, como se apuntaba antes, los sueños, los “feelings”, las emociones, las fantasías, etc. que puedan estar en relación con el problema del paciente, e intentando restablecer con este trabajo el equilibrio perdido entre consciente e inconsciente.
Este es un procedimiento único para cada persona, y no existe en principio ningún plazo en cuanto a su duración, ésta dependería del propio inconsciente, y de la libertad de la persona para entrar y salir de este proceso con total libertad en cualquier momento.
© Agustín Olmos Pascual 2015