Infantil

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Los niños son aprendices natos y gran parte de este aprendizaje lo realizan a través del juego. El juego natural, fluido, libre y de investigación en el que participan de forma intuitiva, es vital para el desarrollo de niños seguros y capaces. A través del juego empiezan a adquirir destrezas físicas y psíquicas que les ayudan a expresarse por ellos mismos, a ser creativos, comienzan a adquirir el significado de “ser yo” y a afinar poco a poco su capacidad de razonamiento. También les permite descubrir el funcionamiento de su entorno y explorar infinitas formas de relacionarse con otros (socializarse). Sería pues imprescindible que los padres les proporcionaran “espacios” para el juego, además del sustento, el cariño y la educación.

Sandplay (Juego de arena)

Son frecuentes cierto grado de dificultades por parte de los padres, en la instauración y consolidación de buenos hábitos de sueño y alimenticios, también los problemas de eliminación, en estas tempranas etapas del desarrollo infantil. Pero es cuando se producen situaciones desfavorables en su entorno más inmediato, que interfieren significativamente en lo que debería ser su desarrollo normal (con los miedos inherentes al mismo) y pueden dar lugar en estos pequeños, a episodios de tristeza, inseguridad, sentimientos de falta de partencia o cualquier otro síntoma, corriendo el riesgo de que se instauren a más largo plazo problemas de ansiedad, fobias, depresión u otras alteraciones del estado de ánimo o problemas de conducta como agresividad, impulsividad, timidez o sumisión, por citar algunos trastornos, que lógicamente pueden variar en intensidad y gravedad.

Sandplay (Juego de arena)

El juego pues, resulta también aquí, de una importancia vital porque cuando el niño juega, dibuja, modela, etc. expresa todo un mundo interior, invisible, que necesitan ser aceptado y comprendido, porque entonces también resulta terapéutico. La intervención terapéutica se hace con el infante de forma individual pero resulta imprescindible la colaboración estrecha con los padres, sin perder nunca de vista la fase de desarrollo en la que se encuentra.